Open Letter of Coalition on Sex Workers’ Rights and Inclusion to Members of the European Parliament RE: Violence Against Women Report

Open Letter of Coalition on Sex Workers’ Rights and Inclusion to Members of the European Parliament RE: Violence Against Women Report

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ESPAÑOL   FRANÇAIS   DEUTSCH

 

We, the organisations united under the Coalition on Sex Workers’ Rights and Inclusion[1] and the organisations' signatories below call on all Members of the European Parliament to support sex workers’ rights and their inclusion and to reject any attempts to criminalise sex work as a part of the Violence Against Women and Domestic Violence Report 2022/0066(COD) that is currently being negotiated in the European Parliament.

 

Our organisations are leading civil society networks and human rights organisations. We have decades of experience and expertise in human rights, sexual and reproductive health and rights, HIV, harm reduction, the rights of LGBTI people, digital rights, anti-trafficking, migration, racial justice and criminal justice. Within these numerous fields of expertise, all 15 organisations have come to the same conclusion: criminalisation is not the solution. It is only by adopting a human rights based approach, decriminalising sex work, and meaningfully including sex workers and sex worker rights defenders in decision-making that sex workers can be protected.

 

The criminalisation of adult consensual sex that is subject to remuneration - including of sex workers, clients and third parties - continues to negatively impact sex workers’ lives and their access to health and justice in particular. Despite calls by some organisations to ‘abolish prostitution’ in order to protect and ‘rescue’ people who sell sex, there is no evidence that criminalising sex workers, their clients or third parties has any positive impact on the lives or human rights of sex workers. On the contrary, decades of evidence from academic research, civil society organisations and sex workers themselves clearly indicates that repressive policing and criminalisation directly harm the health, well-being and social inclusion of people who sell sex. This is the case in particular for those sex workers who are subject to multiple layers of marginalisation, such as racialised, LGBTIQ, and undocumented migrant sex workers. 

 

We, the members of the Coalition of Sex Workers’ Rights and Inclusion, call on Members of the European Parliament to:

  • Reject any attempts to introduce yet another criminal provision that would conflate all sex work (prostitution) with violence against women
    Criminalising adult, voluntary, and consensual sex – including the commercial exchange of sexual services – is incompatible with the human rights to personal autonomy, dignity and privacy.[2] Denying a particular group of women agency is not only utterly patriarchal, but it is also in opposition to the goal of the Directive which aims to strengthen the right of women to give or withhold consent.
  • Reject any attempts to exempt sex workers from Article 35 
    Art 35 recognise women sex workers as a group at ‘an increased risk of violence against women or domestic violence’ and, when victimised, in need of specific support services. Listing sex workers as such in the Directive will have a significant positive effect on sex workers access to justice and holding authorities accountable.
  • Avoid using the term ‘women in prostitution’, ‘prostituted women’ or ‘prostitutes’ in this important directive
    This term has strong connotations of criminality and immorality and it is perceived by the sex working community as a demeaning and stigmatising term, which contributes to further exclusion and marginalisation.
  • Strengthen, recognise and amplify the role of communities and community based organisations that can play a vital role in crime prevention if meaningfully included and consulted
    Meaningful inclusion and consultation with affected communities should be set as a minimum standard in achieving the Union of Equality.

 

References

[1] The organisations who make up the Coalition are: Aids Action Europe (AAE), Amnesty International, Correlation European Harm Reduction Network (Correlation EHRN), European Aids Treatment Group (EATG), European Digital Rights (EDRi), European Network Against Racism (ENAR), European Sex Workers’ Rights Alliance (ESWA), Equinox - Racial Justice Initiative, Fair Trials, Human Rights Watch, International Planned Parenthood Federation European Network (IPPF EN), The European Region of the  International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA-Europe), La Strada International (LSI), Platform for International Cooperation on Undocumented Migrants (PICUM), and Transgender Europe (TGEU).

[2]  Amnesty International policy on state obligations to respect, protect and fulfil the human rights of sex workers, 2016, Human Rights Watch: Why Sex Work Should be Decriminalised?

 

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ESPAÑOL

 

Nosotros, las organizaciones reunidas en la Coalición por los Derechos y la Inclusión de las Trabajadoras Sexuales[1] y las organizaciones firmantes que figuran a continuación pedimos a todos los eurodiputados que apoyen los derechos de las trabajadoras del sexo y su inclusión y que rechacen cualquier intento de criminalizar el trabajo sexual como parte del Informe 2022/0066(COD) sobre la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica que se está negociando actualmente en el Parlamento Europeo.

 

Nuestras organizaciones son redes líderes de la sociedad civil y organizaciones de derechos humanos. Tenemos décadas de experiencia y conocimientos en derechos humanos, salud y derechos sexuales y reproductivos, VIH, reducción de daños, derechos de las personas LGBTI, derechos digitales, lucha contra la trata de personas, migración, justicia racial y justicia penal. Dentro de estos numerosos campos de especialización, las 15 organizaciones han llegado a la misma conclusión: la criminalización no es la solución. Sólo adoptando un enfoque basado en los derechos humanos, despenalizando el trabajo sexual e incluyendo de manera significativa a las trabajadores sexuales y a las defensoras de sus derechos en la toma de decisiones se podrá proteger a los trabajadores sexuales.

 

La penalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos y remuneradas -incluidas las de profesionales del sexo, clientes y terceros- sigue repercutiendo negativamente en la vida de los profesionales del sexo y, en particular, en su acceso a la salud y la justicia. A pesar de los llamamientos de algunas organizaciones para "abolir la prostitución" con el fin de proteger y "rescatar" a las personas que venden servicios sexuales, no hay pruebas de que criminalizar a los profesionales del sexo, a sus clientes o a terceros tenga ningún impacto positivo en la vida o en los derechos humanos de los profesionales del sexo. Por el contrario, décadas de pruebas procedentes de la investigación académica, de organizaciones de la sociedad civil y de los propios profesionales del sexo indican claramente que la represión policial y la criminalización perjudican directamente la salud, el bienestar y la inclusión social de las personas que venden servicios sexuales. Este es el caso, en particular, de las profesionales del sexo que están sujetas a múltiples capas de marginación, como las trabajadores del sexo racializados, LGBTIQ e inmigrantes indocumentadas. 

 

Nosotras, los miembros de la Coalición por los Derechos y la Inclusión de las Trabajadoras Sexuales, pedimos a los eurodiputados que:

  • Rechacen cualquier intento de introducir otra disposición penal que confunda todo el trabajo sexual (prostitución) con la violencia contra las mujeres

Criminalizar las relaciones sexuales adultas, voluntarias y consentidas -incluido el intercambio comercial de servicios sexuales- es incompatible con los derechos humanos a la autonomía personal, la dignidad y la intimidad[2] Negar la capacidad de acción a un grupo concreto de mujeres no sólo es absolutamente patriarcal, sino que también se opone al objetivo de la Directiva, que pretende reforzar el derecho de las mujeres a dar o negar su consentimiento.

  • Rechacen cualquier intento de eximir a las trabajadoras sexuales del Article 35 

El artículo 35 reconoce a las trabajadoras sexuales como un grupo con "un mayor riesgo de violencia contra las mujeres o violencia doméstica" y, cuando son víctimas, necesitan servicios de apoyo específicos. Incluir a los trabajadores sexuales como tales en la Directiva tendrá un efecto positivo significativo en el acceso de los trabajadores sexuales a la justicia y en la rendición de cuentas de las autoridades.

  • Evitar el uso de los términos "mujeres que ejercen la prostitución", "mujeres prostituidas" o "prostitutas" en esta importante directiva

Este término tiene fuertes connotaciones de criminalidad e inmoralidad y es percibido por la comunidad de trabajadoras sexuales como un término degradante y estigmatizante, que contribuye a una mayor exclusión y marginación.

  • Reforcen, reconozcan y amplifiquen el papel de las comunidades y las organizaciones comunitarias, que pueden desempeñar un papel vital en la prevención de la delincuencia si se las incluye y consulta de manera significativa.

La inclusión significativa y la consulta con las comunidades afectadas deben establecerse como norma mínima para lograr la Unión por la Igualdad.

 

 

FRANÇAIS

 

Nous, les organisations réunies au sein de la Coalition pour les droits et l'inclusion des travailleurs du sexe[1] et les organisations signataires ci-dessous, appelons tous les députés européens à soutenir les droits des travailleurs du sexe et leur inclusion et à rejeter toute tentative de criminaliser le travail du sexe dans le cadre du rapport sur la violence à l'égard des femmes et la violence domestique 2022/0066(COD) qui est actuellement en cours de négociation au Parlement européen.

 

Nos organisations sont des réseaux de la société civile et des organisations de défense des droits de l'homme de premier plan. Nous avons des décennies d'expérience et d'expertise en matière de droits de l'homme, de santé et de droits sexuels et reproductifs, de VIH, de réduction des risques, de droits des personnes LGBTI, de droits numériques, de lutte contre la traite des êtres humains, de migration, de justice raciale et de justice pénale. Dans ces nombreux domaines d'expertise, les 15 organisations sont arrivées à la même conclusion : la criminalisation n'est pas la solution. Ce n'est qu'en adoptant une approche basée sur les droits de l'homme, en décriminalisant le travail du sexe et en incluant de manière significative les travailleurs du sexe et les défenseurs de leurs droits dans le processus décisionnel que les travailleurs du sexe pourront être protégés. 

 

La criminalisation des rapports sexuels entre adultes consentants et rémunérés - y compris ceux des travailleurs du sexe, des clients et des tiers - continue d'avoir un impact négatif sur la vie des travailleurs du sexe et sur leur accès à la santé et à la justice en particulier. Malgré les appels de certaines organisations à "abolir la prostitution" afin de protéger et de "sauver" les personnes qui vendent des services sexuels, rien ne prouve que la criminalisation des travailleurs du sexe, de leurs clients ou de tiers ait un quelconque impact positif sur la vie ou les droits humains des travailleurs du sexe. Au contraire, des décennies de données issues de la recherche universitaire, des organisations de la société civile et des travailleurs du sexe eux-mêmes indiquent clairement que la répression policière et la criminalisation nuisent directement à la santé, au bien-être et à l'inclusion sociale des personnes qui vendent des services sexuels. C'est le cas en particulier pour les travailleurs du sexe qui sont soumis à de multiples couches de marginalisation, comme les travailleurs du sexe racisés, LGBTIQ, et les migrants sans papiers. 

 

Nous, membres de la Coalition pour les droits et l'inclusion des travailleurs du sexe, appelons les députés européens à:

  • Rejeter toute tentative d'introduire une nouvelle disposition pénale qui associerait tout travail sexuel (prostitution) à la violence contre les femmes

Criminaliser les relations sexuelles entre adultes, volontaires et consensuelles - y compris l'échange commercial de services sexuels - est incompatible avec les droits de l'homme à l'autonomie personnelle, à la dignité et à la vie privée[2]. Priver un groupe particulier de femmes de leur autonomie n'est pas seulement totalement patriarcal, mais c'est aussi en opposition avec l'objectif de la directive qui vise à renforcer le droit des femmes à donner ou à refuser leur consentement.

  • Rejeter toute tentative d'exempter les travailleurs du sexe de l'Art. 35 

L'article 35 reconnaît les travailleuses du sexe comme un groupe présentant «un risque accru de violence à l'égard des femmes ou de violence domestique» et, lorsqu'elles sont victimes, ayant besoin de services de soutien spécifiques. L'inscription des travailleurs du sexe en tant que tels dans la directive aura un effet positif significatif sur l'accès des travailleurs du sexe à la justice et la responsabilisation des autorités.

  • Évitez d'utiliser les termes "femmes dans la prostitution", "femmes prostituées" ou "prostituées" dans cette importante directive

Ce terme a de fortes connotations de criminalité et d'immoralité et il est perçu par la communauté des travailleurs du sexe comme un terme avilissant et stigmatisant, ce qui contribue à renforcer l'exclusion et la marginalisation.

  • Renforcer, reconnaître et amplifier le rôle des communautés et des organisations communautaires qui peuvent jouer un rôle vital dans la prévention de la criminalité si elles sont incluses et consultées de manière significative

L'inclusion et la consultation significatives des communautés concernées doivent être considérées comme une norme minimale pour la réalisation de l'Union pour l'égalité.

 

DEUTSCH

 

Wir, die in der Coalition on Sex Workers' Rights and Inclusion[1] zusammengeschlossenen Organisationen und die nachstehenden Unterzeichnerorganisationen, fordern alle Mitglieder des Europäischen Parlaments auf, die Rechte von Sexarbeiterinnen und Sexarbeitern und ihre Eingliederung zu unterstützen und alle Versuche abzulehnen, Sexarbeit als Teil des Berichts 2022/0066(COD) über Gewalt gegen Frauen und häusliche Gewalt zu kriminalisieren, der derzeit im Europäischen Parlament verhandelt wird.

 

Unsere Organisationen sind führende Netzwerke der Zivilgesellschaft und Menschenrechtsorganisationen. Wir verfügen über jahrzehntelange Erfahrung und Fachwissen in den Bereichen Menschenrechte, sexuelle und reproduktive Gesundheit und Rechte, HIV, Schadensbegrenzung, Rechte von LGBTI-Personen, digitale Rechte, Bekämpfung des Menschenhandels, Migration, Rassengerechtigkeit und Strafjustiz. Innerhalb dieser zahlreichen Fachgebiete sind alle 15 Organisationen zu demselben Schluss gekommen: Kriminalisierung ist keine Lösung. Nur durch einen menschenrechtsbasierten Ansatz, die Entkriminalisierung von Sexarbeit und die sinnvolle Einbeziehung von Sexarbeiterinnen und Sexarbeitern sowie Menschen, die sich für die Rechte von Sexarbeiterinnen und Sexarbeitern einsetzen, in die Entscheidungsfindung können Sexarbeiterinnen und Sexarbeiter geschützt werden.

 

Die Kriminalisierung des entgeltlichen einvernehmlichen Geschlechtsverkehrs von Erwachsenen - auch von Sexarbeitern, Kunden und Dritten - wirkt sich nach wie vor negativ auf das Leben von Sexarbeitern und insbesondere auf ihren Zugang zu Gesundheit und Recht aus. Trotz der Aufrufe einiger Organisationen, "die Prostitution abzuschaffen", um Menschen, die Sex verkaufen, zu schützen und zu "retten", gibt es keinen Beweis dafür, dass die Kriminalisierung von Sexarbeitern, ihren Kunden oder Dritten positive Auswirkungen auf das Leben oder die Menschenrechte von Sexarbeitern hat. Im Gegenteil, jahrzehntelange Erkenntnisse aus der akademischen Forschung, von zivilgesellschaftlichen Organisationen und von Sexarbeiterinnen und Sexarbeitern selbst weisen eindeutig darauf hin, dass repressive polizeiliche Maßnahmen und Kriminalisierung der Gesundheit, dem Wohlbefinden und der sozialen Eingliederung von Menschen, die Sex verkaufen, unmittelbar schaden. Dies gilt insbesondere für SexarbeiterInnen, die auf mehreren Ebenen marginalisiert werden, wie z. B. rassifizierte, LGBTIQ- und undokumentierte SexarbeiterInnen. 

 

Wir, die Mitglieder der Coalition of Sex Workers' Rights and Inclusion, fordern die Abgeordneten des Europäischen Parlaments auf:

  • Alle Versuche abzulehnen, eine weitere Strafbestimmung einzuführen, die jegliche Sexarbeit (Prostitution) mit Gewalt gegen Frauen gleichsetzen würde

Die Kriminalisierung von erwachsenem, freiwilligem und einvernehmlichem Sex - einschließlich des kommerziellen Austauschs sexueller Dienstleistungen - ist unvereinbar mit den Menschenrechten auf persönliche Autonomie, Würde und Privatsphäre[2]. Einer bestimmten Gruppe von Frauen die Handlungsfähigkeit abzusprechen, ist nicht nur zutiefst patriarchalisch, sondern steht auch im Widerspruch zum Ziel der Richtlinie, das Recht von Frauen zu stärken, ihre Zustimmung zu geben oder zu verweigern.

  • Weisen Sie alle Versuche zurück, Sexarbeiterinnen von Article 35 

Artikel 35 erkennt weibliche Sexarbeiterinnen als eine Gruppe an, die „einem erhöhten Risiko von Gewalt gegen Frauen oder häuslicher Gewalt“ ausgesetzt ist und, wenn sie Opfer wird, spezifische Unterstützungsdienste benötigt. Die Auflistung von Sexarbeiterinnen als solche in der Richtlinie wird sich erheblich positiv auf den Zugang von Sexarbeiterinnen zur Justiz auswirken und die Behörden zur Rechenschaft ziehen.

  • Vermeiden Sie die Verwendung des Begriffs "Frauen in der Prostitution", "prostituierte Frauen" oder "Prostituierte" in dieser wichtigen Richtlinie

Dieser Begriff hat eine starke Konnotation mit Kriminalität und Unmoral und wird von den in der Sexarbeit Tätigen als erniedrigender und stigmatisierender Begriff wahrgenommen, der zu weiterer Ausgrenzung und Marginalisierung beiträgt.

  • Stärkung, Anerkennung und Verstärkung der Rolle von Gemeinschaften und gemeindebasierten Organisationen, die eine entscheidende Rolle bei der Kriminalitätsprävention spielen können, wenn sie sinnvoll einbezogen und konsultiert werden

Die sinnvolle Einbeziehung und Konsultation der betroffenen Gemeinschaften sollte als Mindeststandard für die Verwirklichung der Gleichstellungsunion festgelegt werden.

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